Enclavada en los paisajes desérticos de Jordania, Petra, conocida por su extraordinaria belleza, es un destino que no deja indiferente a nadie que la visite. La famosa “Ciudad Rosa” es un tesoro arqueológico de una arquitectura impresionante. Desde sus templos hasta sus tumbas talladas, hay mucho que ver en Petra y sus montañas.
Y si esto todavía no te ha convencido, te diré que Petra no es solo un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sino que también es una de las Siete Maravillas del Mundo y, oye, eso no es fácil conseguirlo. Así que ¡no dejes pasar la oportunidad de visitarla!
A mí me cautivó muchísimo el lugar. Pasé un día recorriendo Petra y lo único que lamento de haber ido es no haber podido explorarla más tiempo. Por ello, te recomiendo dedicarle algún día más, si puedes. Yo me quedé con ganas de más. Sin embargo, tengo que decirte que exprimí al máximo el tiempo que pasé en Petra. De hecho, acabé agotadita de tanto recorrer.
Si tú tampoco puedes dedicarle más de un día, en este artículo te cuento qué ver en Petra en un día aprovechando al máximo y te explico un poquito de su historia para que vayas con algo de contexto a tu visita.
¿Qué es Petra?
Bueno, creo que Petra no necesita presentación… pero, por si acaso, te cuento algunas cositas para ponerte en antecedentes. Petra es hoy una antigua ciudad arqueológica, pero en su día fue la legendaria capital de los nabateos. Sin embargo, los primeros en llegar fueron los edomitas, un antiguo pueblo que habitó la región montañosa de Seir, al sureste del Mar Muerto. Estos fundaron la ciudad en el siglo VIII a.C., que sería ocupada por los nabateos en el siglo VI a.C. Bajo su dominio, Petra se convirtió en un punto comercial muy potente entre Oriente, Occidente, Arabia y el Mediterráneo.
Y lo que hace miles de años fue el hogar de casi 30.000 personas, hoy es el mayor enclave arqueológico de Jordania. La ciudad, que fue tallada directamente en las montañas del desierto jordán, es famosa por el “Al Khazneh”, también conocido como “El Tesoro”. Sin embargo, hay mucho más que ver en Petra, ya que también alberga tumbas, cisternas, complejos funerarios, templos, palacios, viviendas, nichos y hasta un teatro.
7 curiosidades sobre Petra
Por aquí te dejo algunas curiosidades que no son imprescindibles, pero que te gustará saber cuando estés pululando por allí 👇
- El nombre original de Petra era Raqmu. Así es cómo la llamaban los nabateos. “Petra” significa roca y, en realidad, es su denominación griega.
- Petra es conocida como la “Ciudad Perdida“ porque fue abandonada, lo que la sumió en el olvido. Después de un período de decadencia, fue redescubierta en 1812 por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt.
- Lo de “redescubrir” Petra no fue un abrir y cerrar de ojos. Johann Ludwig Burckhardt tuvo que fingir ser un peregrino musulmán que quería hacer un sacrificio en la tumba de Aaron, muy cercana a Petra, para que los guías beduinos accedieran a llevarlo hasta el complejo arqueológico. Una vez allí, tuvo que prometer a su guía que no revelaría nada sobre la ciudad secreta. En 1822, se publicaron sus recuerdos, permitiendo que el mundo conociera Petra.
- La ciudad de Petra no ha sido construida con piedras, sino excavada y esculpida en rocas de arenisca. ¿Te imaginas labrar una ciudad así con la logística del momento y en el árido desierto?
- Lo que hoy vemos en Petra es tan solo un 20% de la ciudad. El resto sigue oculto. Terremotos, tormentas de arena e inundaciones la dejaron bajo tierra. Hoy, continúan las excavaciones.
- Una de las construcciones más top que ver en Petra es el Tesoro, que fue el templo del Santo Grial en Indiana Jones y la última cruzada. Por cierto, este monumento está situado en la entrada de la ciudad porque los nabateos querían crear el máximo impacto en los visitantes. ¡Y así lo hicieron! Todo el que entra a Petra se queda boquiabierto.
- Además de ser un punto comercial muy importante, se cree que fue una ciudad funeraria, ya que alberga más de 600 tumbas de todo tipo. Los nabateos la bautizaron como “la ciudad para el día de mañana”.
Un poquito de historia de Petra
Antes de ir directos a qué ver en Petra, vale la pena echarle un vistazo a su historia y a lo que pasó en esta ciudad durante el Reino Nabateo. De este modo, entenderás mucho mejor todo lo que vayas viendo en tu visita.
Petra surgió del desierto como el símbolo de una nueva civilización poderosa, que se adaptó y sobrevivió durante muchísimo tiempo. Poco sabemos de ella. Sólo se ha excavado el 20% de la ciudad y, de ese 20%, aun hay muchísimas cuestiones sin resolver. Sin embargo, el trabajo intenso de arqueólogos ha ayudado a saber un poquito más de los nabateos.
Muy cerquita de Petra, se encuentra el desierto más bello del mundo. Wadi Rum es una de las mejores experiencias que Jordania puede ofrecerte. Cañones, arcos, dunas de arena, inscripciones nabateas… Con 720 m2 de extensión, tiene un sinfín de parajes preciosos que no dejan a nadie indiferente. En Visitar Wadi Rum en 2 días | Guía del desierto de Jordania te cuento cómo organizar tu visita.
¿Cómo surge Petra y quiénes eran los nabateos?
Los nabateos eran un pueblo de nómadas árabes. Pese a ello, Petra es el resultado de un trabajo muy exhaustivo que demuestra que estos se establecieron aquí durante cientos de años. Y ¿qué puedo llevar al pueblo nabateo a quedarse en medio del desierto? Según las investigaciones que se han hecho de la zona, Petra se encontraba en medio de la ruta comercial más grande del mundo, que cruzaba el desierto y llegaba hasta el Mar Mediterráneo. ¡Los nabateos se quedaron en Petra porque eran unos visionarios! En el siglo VI a.C., vieron la oportunidad de controlar el comercio de incienso, especias y textiles. Esto los convirtió en un pueblo extremadamente rico.
Solo pisar Petra, te darás cuenta de que los nabateos decidieron invertir su riqueza en embellecer la ciudad con monumentos increíbles, inspirados en el arte griego y romano. Al ser comerciantes, se movían por distintas zonas. Y eso queda reflejado en la arquitectura de Petra, ya que construyeron una ciudad que mezclaba su cultura nómada árabe con otras ideas de Grecia y Roma.
¿Cómo sobrevivían los nabateos en una ciudad en medio del desierto?
Los nabateos eran increíblemente listos. Aprovechaban todos los recursos que tenían a su alrededor. Se convirtieron en genios de la ingeniería hidráulica. Aunque, como para no hacerlo. En una ciudad en medio del desierto… sin agua, estás muerto. Así que tenían que abastecer sus necesidades básicas, aprovechando todo el agua de lluvia y de los manantiales cercanos.
Lo primero que hicieron fue elegir la ubicación idónea para Petra. La ciudad yace en el fondo de una cuenca. Por lo tanto, el núcleo central puede recibir agua de todas partes.
Petra estaba rodeada de cañones, canales naturales que los nabateos modificaron para acumular agua (fíjate cuando estes allí). A través de estos, crearon una impresionante red que canalizaba el agua hasta donde se necesitara a kilómetros de distancia. Los ingenieros de Petra diseñaron un sistema que pasaba tuberías de arcilla por el Siq. A través del recorrido de tuberías, construyeron aproximadamente 200 cisternas para almacenar el agua y así abastecer a una gran población.
10 datos interesantes de la historia de Petra
- En el siglo VI a.C., los nabateos se establecen en Petra y la declaran su capital.
- Petra se convierte en un gran enclave en las rutas comerciales que van desde China hasta Roma. Gracias a ello, los nabateos se hacen ricos. Además, poseían una gran riqueza hidráulica que abastecía las rutas caravaneras.
- Durante el Reino Nabateo, Petra fue gobernada por varios reyes. Entre ellos, Aretas IV (9 a.c. – 40 d.C). Con él, la ciudad alcanzó su máximo esplendor. Bajo su mandato y el de los dos reyes posteriores, se construyeron más de 600 fachadas de tumbas y se tallaron los grandes monumentos.
- En el 106 d.C, llegaron los romanos y los nabateos perdieron su independencia. El Reino Nabateo quedaría anexado a Roma. Algunos investigadores creen que esta toma de posesión vino acompañada de una violencia más que considerable.
- Bajo la administración romana, Petra comenzó un nuevo programa de urbanización, renovación y ampliación de los edificios que ya existían. Los romanos invirtieron muchísimo dinero en Petra. Se cree que fueron ellos quienes construyeron la principal vía de la ciudad, los baños públicos y un arco en la entrada del Siq.
- Poco después de la llegada de los romanos, se abrieron nuevas rutas comerciales hacia otras ciudades del imperio. Esto fue un duro golpe para Petra, que dejó de ser la única ciudad comercial del desierto. Con ello, la ciudad empezó a menguar y dejaron de cuidarse las grandes estructuras. Por ejemplo, los jardines del Gran Templo se convirtieron en campos de cultivo.
- En el año 363 d.C., un enorme terremoto destruyó muchísimos edificios en Petra, dejándolos sin reparación posible.
- Se cree que, pese a estas condiciones, la ciudad continuó habitada y activa, aunque con gran parte de sus monumentos en ruinas. En 1993, se encontraron unos papiros carbonizados por el incendio del siglo VII en una iglesia bizantina de la ciudad. Estos papiros revelan una nueva ciudad cristiana, que mantenía viva las tradiciones nabateas. De hecho, los arqueólogos creen que los templos destruidos fueron la fuente de material para construir nuevos edificios como la iglesia bizantina con mosaicos de la ciudad, que data del 450 d.C.
¿Dónde está Petra y cómo llegar?
Petra se encuentra al sur de Jordania, en medio del desierto y a medio camino del Mar Muerto y del Mar Rojo. Está ubicada en una región montañosa y desértica conocida como Wadi Musa, que significa “el valle de Moisés” en árabe.
Pese a que la ubicación parezca un poco remota, no te preocupes. Esta ciudad arqueológica es muy turística y hay varias opciones para llegar hasta ella.
Puedes ir a Petra conduciendo tú mismo un coche de alquiler. Esto te dará muchas alas. De hecho, es la mejor opción para hacer ruta en Jordania. El país es pequeño, las distancias son cortitas y es fácil de recorrer en coche. Yo fui en transporte público y no tuve problemas, pero tuve que amoldarme mucho a los horarios de los autobuses porque no hay mucha frecuencia diaria.
Si no cuentas con coche de alquiler, puedes visitar Petra de distintas maneras:
- Desde Ammán: Puedes llegar en autobús. La compañía JETT hace trayectos diarios hasta Petra desde las estaciones 7th Circle y Abdali de Ammán. El precio del billete está en 10 JOD. Si lo prefieres, puedes tomar un taxi y acordar un precio con el conductor, aunque son 230 kilómetros y puede salirte muy caro. El trayecto ronda los 100 JOD y dura tres horas.
- Desde Aqaba: También puedes llegar en autobús. El trayecto dura poco más de una hora y cuesta 15 JOD. Si no te convence el autobús, puedes tomar un taxi. El recorrido es mucho más corto que desde Ammán, unos 125 kilómetros, y está en 75-80 JOD.
- Desde Wadi Rum: Pasa un autobús de la compañía JETT al día que te llevará hasta Petra. Es una hora y media de trayecto y el billete también cuesta 15 JOD. Si no, puedes coger un taxi o un conductor privado. Los precios en Uber y Careem por este trayecto son entre 70 y 80 JOD.
Por aquí te dejo el enlace con los horarios de los autobuses.
Si eres fan de los yacimientos arqueológicos, no puedes dejar de ir a Madaba. Se encuentra muy cerquita de Ammán y es famosa por ser la ciudad de los mosaicos de Jordania. En ¿Qué ver en Madaba en 1 o 2 días? te dejo un montón de sugerencias de planes que puedes hacer en la ciudad.
¿Dónde hospedarse para visitar Petra?
Pese a que hay mucho que ver en Petra, dentro del recinto no se puede dormir. La ciudad más cercana es Wadi Musa, que suele ser la base principal para los turistas y viajeros que visitan el complejo arqueológico.
En Wadi Musa encontrarás una gran variedad de opciones de alojamiento, que va desde hoteles de lujo hasta opciones más económicas como hostales y albergues. Además, esta ciudad ofrece servicios turísticos y tiene restaurantes, tiendas y supermercados, que te pueden facilitar bastante la estancia.
Yo me hospedé en el centro de Wadi Musa, en un hostel, y fui a Petra caminando. Tardé unos 20 minutos en llegar al complejo arqueológico.
Además, el hostel donde estuve tenía unas vistas preciosas a la ciudad de Wadi Musa y el atardecer desde allí era muy bonito.
¡Eso sí! Asegúrate de reservar tu alojamiento con anticipación, especialmente si planeas visitar Petra durante la temporada alta de turismo. Si no, te saldrá carísimo. Petra es una zona súper visitada y suele estar a reventar de gente.
Otra de las visitas culturales que puedes hacer en Jordania es Jerash, uno de los complejos arqueológicos del Imperio Romano mejor conservado de Oriente Próximo. En Visitar Jerash, un pedacito del Imperio romano en Jordania te hablo de la historia de la ciudad, te propongo un itinerario de 18 puntos para recorrerla y te doy algunos consejos a tener en cuenta antes de ir.
Visita a Petra: precio y horarios
Petra abre sus puertas prácticamente con la salida del sol. A las 6:00h ya puedes empezar tu visita. Además, el horario es bastante extenso (entre 10 y 12 horas en función de la época del año) y en un día te da tiempo a recorrer bastante.
- Horario de invierno: De 6:00h a 16:00h.
- Horario de verano: De 6:00h a 18:00h.
Si vas en el mes de Ramadán, el recinto tiene un horario especial. Abre a las 7:00h y cierra a las 16:00h.
Sin duda, lo más óptimo para visitar todo lo que hay que ver en Petra es estar en el Centro de Visitantes a las 6:00h. Sé que es temprano, pero si quieres aprovechar al máximo tu día y que te dé tiempo a ver todos los puntos imprescindibles, no hay otra manera. Además, podrás disfrutar del complejo sin prácticamente nadie y eso es muy mágico.
La mejor época para ir a Petra es en primavera y en otoño. En verano, las temperaturas son muy elevadas. Yo fui en septiembre y pasé mucho calor, además de tener que cargar con dos botellas de agua grandes todo el día.
La visita a Petra está incluida en el Jordan Pass, junto con el visado y el acceso a otras 40 atracciones turísticas del país. Si no cuentas con el Jordan Pass, la entrada por un día son 50 JOD, por dos días son 55 JOD y por tres días son 60 JOD.
¡ESTO TE INTERESA! 👀 El Jordan Pass es un pase turístico del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Jordania que puedes comprar por Internet o al entrar al país. Este incluye el visado de turista y la entrada a Petra y a muchas otras atracciones turísticas como la Ciudadela de Ammán, el Parque Arqueológico de Madaba, Jerash o el acceso a Wadi Rum. En función del tiempo que quieras pasar en Petra, puedes comprar un tipo de Jordan Pass u otro. Por aquí te dejo las opciones que tienes 👇
– Jordan Wanderer: 70 JOD con un día de acceso en Petra
– Jordan Explorer: 75 JOD con dos días seguidos de acceso en Petra
– Jordan Expert: 80 JOD con tres días seguidos de acceso en Petra
Una vez en Petra, tendrás que dirigirte al Visitor Center y enseñar tu Jordan Pass y tu pasaporte o bien comprar tu entrada. En ese momento, te darán tu ticket y podrás acceder al recinto.
¿Qué ver en Petra?
Petra es la gran motivación de los turistas que llegan a Jordania. Sin duda, es el plato fuerte del país (aunque no el único tesoro que tiene). El complejo es enorme y hay mucho que ver en Petra. Así que, si vas a visitarla, mentalízate de que vas a caminar mucho, pero mucho mucho. ¡Vas a acabar agotado!
Si solo cuentas con un día, intenta aprovechar al máximo. Yo hice el itinerario más largo, que va desde el Siq hasta el Monasterio. Este recorrido tiene 8 kilómetros y abarca todos los puntos imprescindibles de Petra y, de paso, también puedes subir a los miradores más accesibles.
¿Vas a poder ver Petra entera en un solo día? 🤔 Lamento decirte que no. Como te comentaba, el complejo es inmenso y con un día no hay suficiente para ver todos los miradores (algunos están bastante alejados) o hacer todas las rutas de Petra. Sin embargo, sí que puedes visitar los sitios más famosillos en un solo día.
Y, después de haberte pegado esta chapa (chapa importante, pero necesaria), ha llegado el momento de contarte qué ver en Petra en un día punto por punto.
Itinerario de un día en Petra
El itinerario que te propongo es el que abarca el camino principal hasta el Monasterio. Vamos, el que hice yo y el único que he podido conocer. Por aquí te dejo el listado de los lugares que ver en Petra por orden:
- Visitor Center
- El Siq
- El Tesoro (Al Khazneh)
- La Calle de las Fachadas
- El Teatro
- Las Tumbas Reales
- El Ninfeo
- La Vía Columnata
- La Iglesia Bizantina
- El Templo de los Leones Alados
- El Gran Templo
- Qasr Al-Bint
- El Monasterio (Ad Deir)
Y un mapa con los puntos clave por si te ayuda a orientarte y a ponerle un poco de cara a este itinerario.
Y sin más dilación, ¡empezamos nuestro recorrido virtual (de momento) por Petra!
El Visitor Center, el primer punto que ver en Petra
Es inevitable pasar por el Visitor Center de Petra. Quieras o no, va a ser tu primera parada por la ciudad. En cuanto entres, estarás a un paso de empezar tu recorrido. ¡Qué emoción!
Aquí tendrás que adquirir tu entrada a Petra, ya sea con el Jordan Pass o comprando el ticket de acceso. Ya que estás allí, coge un mapa detallado del complejo arqueológico para poder organizar tu visita e irte ubicando durante el recorrido. Yo no tenía Internet y me fue de mucha ayuda tener un plano.
También puedes contratar guías turísticos que te acompañan durante toda la visita y te proporcionan información detallada en español de cada punto que ver en Petra. Los precios varian entre 50 y 100 JOD en función del recorrido que quieras hacer y lo lejos que quieras llegar.
Y, si quieres coger fuerzas antes de empezar el pedazo de caminata que te vas a pegar, puedes tomarte algo en los bares y cafeterías de la plaza.
Una vez ya lo tengas todo, solo tienes que seguir caminando por el Siq para empezar tu aventura.
El Siq
Desde el Visitor Center hasta Al Khazneh tendrás que patear un par de kilómetros. El primer tramo es el Bab as-Siq. En este camino de 900 metros, encontrarás varios monumentos que suelen pasar desapercibidos. Entre ellos, destacan las misteriosas Tumbas de Bloque (Bloques Djinn), la Tumba del Obelisco y la Tumba de la Serpiente. Este es el primer punto de interés que ver en Petra, así que no lo pases por alto.
Una vez finalizado este primer tramo, empieza tu recorrido por el desfiladero más famoso de Petra.
El Siq te llevará hasta el Tesoro. Se trata de una estrecha grieta labrada por las crecidas de agua en los acantilados de roca durante miles de años. Tiene 100 metros de profundidad y 1,2 kilómetros de longitud. Esto lo convierte en el barranco más angosto y largo de Petra.
Sus colores rojizos y anaranjados, sus curvas, sus tramos anchos y sus tramos estrechos, sus inscripciones nabateas… ¡Caminar por el Siq es mágico! De hecho, los arqueólogos creen que una de las funciones de este camino era impresionar e impactar a todo el que llegaba a Petra. Y, vamos… estoy segura de que los nabateos lo consiguieron.
En las paredes del Siq podrás ver el sistema de ingeniería hidráulica de los nabateos. ¿Recuerdas que te he hablado de una red de tuberías súper elaborada hace un momento? ¡Pues ahí la tienes!
El Tesoro (Al Khazneh), el monumento más espectacular que ver en Petra
Pese a la gran belleza del Siq, lo mejor está al final de su recorrido. Cuando terminas de serpentear el desfiladero y van entrando los rayitos de luz por una grieta estrecha, te topas con la primera imagen que tendrás del Tesoro. Yo había visto muchísimas fotos, pero aún así, quedé totalmente eclipsada.
La verdad es que los nabateos no dejaron ningún cabo suelto en eso de impactar al que llegase. Te pegas un kilómetro alucinando en el Siq y, justo cuando se acaba, tienes delante la fachada del edificio más potente de Petra. De hecho, el Tesoro es la demostración de la riqueza y el poder de los nabateos.
¡DATO INTERESANTE! 🤓 La estructura del Tesoro es tan perfecta que algunos investigadores creen que los nabateos contaron con arquitectos profesionales para hacerla. El edificio tiene 39 metros de altura y cuenta con columnas de 12 metros en la parte inferior. Lo mejor de todo es que no se construyó a la vieja usanza (empezando desde el suelo), sino que los nabateos empezaron a tallar desde arriba. Accedían al edificio a través de escaleras esculpidas en la roca. Primero, penetraron la superficie del acantilado y crearon una base lisa. Y, una vez ya tenían la base, empezaron a esculpir minuciosamente la fachada. ¡Una obra de arte! Si te fijas, no le falta ningún detalle.
Esta construcción se llevó a cabo durante la segunda mitad del reinado de Aretas IV (gobernó entre 9 a.C. y 40 d.C.), pero no se sabe con certeza para quién. Lo que sí se sabe es que, más allá de impresionar al visitante, Al Khazneh se construyó con un propósito. Si te acercas a la fachada podrás comprobarlo tú mismo. Era un lugar de culto y esto se puede ver en las esculturas míticas de divinidades, animales y hojas que contrastan con la decoración nabatea convencional.
En esta y otras construcciones, los nabateos inmortalizaron la influencia de otras culturas. Recuerda que eran comerciantes y estaban en contacto con las naciones del Mediterráneo Oriental. Y no solo obtuvieron riqueza con esas relaciones comerciales, sino también ideas, estilos artísticos y creencias.
Toda la fachada del Tesoro imita la arquitectura del estilo clásico. Los investigadores creen que el carácter monumental de la construcción se debe a esa influencia.
¡INFO! 🔍 Tradicionalmente, los nabateos usaban estructuras geométricas como bloques rectangulares para representar a sus dioses. Sin embargo, esta vez fueron mucho más allá. Lejos de ser simples bloques, se cree que las esculturas de la fachada son las famosas amazonas bailando el baile de la muerte con la doble hacha. También se identifica a la figura central como la diosa egipcia Isis.
En 2003, arqueólogos hallaron pruebas de que Al Khazneh esconde, en realidad, un mausoleo con una cripta debajo de la estructura que vemos nada más llegar a Petra. Con una excavación de seis metros bajo la superficie, encontraron cuatro cámaras funerarias con huesos de once personas y ganchos para colgar ofrendas.
Como curiosidad, los hombres que hay en las columnas exteriores de los lados representan a Cástor y Pólux, los Dioscuros de la mitología romana. Estos tienen son un símbolo de la inmortalidad y también los encargados de guiar a las almas hacia el más allá.
Algunos investigadores barajan la hipótesis de que fuera el mausoleo familiar del rey Aretas IV.
Los beduinos llamaban al Tesoro “Khazneh al-Fira’un” que significa “Tesoro del Faraón” porque creían que un faraón egipcio había escondido un tesoro en la urna que hay en el orden superior. Le tiraban piedras con la esperanza de que el tesoro cayera hacia ellos.
Desde Al Khazneh, puedes subir a un mirador pequeñito que queda a unos dos minutos. Justo a mano derecha, hay un caminito de rocas que da acceso a un mirador con unas vistas estupendas. En él, hay una alfombra roja. Te puedes poner en ella y hacerte una foto. Seguramente, estará vigilado por algún beduino que te cobrará 1 JOD.
La Calle de las Fachadas
Y seguimos este recorrido virtual dejando el Tesoro para seguir el Siq Exterior y llegar a otro de los puntos estrella que ver en Petra. En cuanto el camino empiece a ensancharse, toparás con la Calle de las Fachadas, que alberga más de 40 tumbas nabateas esculpidas en la roca.
Lo mejor es que vayas temprano porque aquí los beduinos montan sus puestos e intentarán venderte de todo. Además, ocupan este punto con sus camellos.
El Teatro Nabateo
Al final de la Calle de las Fachadas, encontrarás el Teatro Nabateo. Fue tallado en la roca con forma semicircular a principios del siglo I d.C, durante la época de Aretas IV, y ampliado por los romanos en el 106 d.C.
Los nabateos construyeron un teatro para 3.000 personas, pero después de la anexión romana y con la ampliación, este auditorio acabó teniendo una capacidad de 8.000 espectadores. Esto implicó la alteración de algunas tumbas más antiguas para adaptarse a las nuevas necesidades arquitectónicas.
Las Tumbas Reales, otro de los imprescindibles que ver en Petra
Y ahora vamos a proseguir hasta llegar a la siguiente parada: las Tumbas Reales. Queda un poquito más adelante del Teatro. Vas a ver una gran fachada con majestuosas tumbas, que formaban parte de un gran complejo funerario. Están talladas en el macizo rocoso del Jabal al-Khubtha.
Solo con ver lo impresionantes que son, su posición encima de la colina y su decoración, te vas a dar cuenta de que estaban destinadas a la realeza y a la nobleza nabatea. ¡Ahí hay money money! De hecho, junto con el Tesoro y el Monasterio, yo creo que este es uno de los puntos más espectaculares que ver en Petra.
En esta hilera de mausoleos se han identificado cuatro tumbas: la Tumba de la Urna, que fue convertida en iglesia bizantina en el siglo V; la Tumba del Palacio, uno de los mayores monumentos de Petra, con cinco pisos y unos colores alucinantes; la Tumba Corintia, con una clara influencia de Al Khazneh, aunque bastante más deteriorida, y la Tumba de la Seda, la más pequeña de todas pero con un abanico de colores espectacular en su erosionada fachada.
¡No pierdas de vista las tumbas durante tu recorrido por Petra! Las vistas de estas a lo lejos son preciosas.
El Ninfeo
Después de alucinar un ratito con las Tumbas Reales, nos vamos a ir para el centro de Petra. Lo primero que vas a encontrar será la Vía Columnata y, justo en la entrada, el Ninfeo. En su día fue una gran fuente pública. Hoy, solo quedan los cimientos, ubicados a la sombra de un árbol.
La Vía Columnata, la avenida romana de Petra
Aquí tenemos otra huella bien grande de la llegada de los romanos, la Vía Columnata. Verás que a los dos lados tiene filas de columnas, típicas de la arquitectura romana clásica. Antes de la llegada de estos, era un camino pavimentado con piedras redondas.
Se trata de una calle que funcionaba como avenida principal de la ciudad de Petra. Conectaba y conecta el Siq con el templo nabateo Qasr al-Bint. En su día, la Vía Columnata estaba llena de tiendas, templos, baños, tabernas, etc. Corría como paralela a un tramo del Wadi Musa, un río que fue encauzado por los nabateos con muros de contención.
“Wadi” en árabe se traduce como “valle” o “cauce de río”. Los wadis son lechos de ríos secos que, en épocas de lluvias intensas, pueden experimentar flujos temporales de agua.
Si quieres parar un ratito para reponer fuerzas, al final de esta calle hay una zona de descanso con restaurantes.
La Iglesia Bizantina
Siguiendo por la Vía Columnata y desviándote hacia la ladera norte, podrás visitar otro de los lugares que ver en Petra, su Iglesia Bizantina. Es aquí donde se encontraron los papiros carbonizados que te comentaba hace un ratito.
Esta fue construida en el siglo V d.C., utilizando piedras de edificios nabateos y romanos destruidos por el terremoto del año 363 d. C. Aunque en el año 600 d.C., también fue arrasada por otro terremoto. Afortunadamente, se han conservado sus mosaicos bizantinos que quedaron sepultados bajo las ruinas de la iglesia.
Los mosaicos de la Iglesia Bizantina de Petra muestran imágenes de animales, seres mitológicos, objetos cotidianos y personificaciones de otros elementos variopintos como el mar, las estaciones o la sabiduría.
Imagen de Bernard Gagnon. Fuente: commons.wikimedia.org
Imagen de David Stanley. Fuente: commons.wikimedia.org
El Templo de los Leones Alados
Muy cerquita de la Iglesia Bizantina, encontrarás el Templo de los Leones Alados, otro de los grandes afectados por los terremotos. Se cree que este se construyó en honor a la diosa nabatea Al-‘Uzza hace 2000 años, cuando la ciudad se encontraba en expansión.
El aspecto exterior del Templo de los Leones Alados puede evocar la influencia griega o romana. Su entrada se desplegaba hacia un gran pórtico flanqueado por dos columnas de aproximadamente 13 metros de altura. A ambos lados, se extendían muros con elegantes capiteles que fusionaban el estilo nabateo con el corintio.
En cambio, su interior estaba inspirado en el diseño árabe antiguo. Albergaba una sala de culto con un altar para realizar ofrendas, rodeado por doce columnas decoradas con leones alados en los capiteles. Se cree que estos leones representaban a los guardianes del santuario.
Imagen de Dosseman. Fuente: commons.wikimedia.org
El Gran Templo
Y ahora nos volvemos a la Vía Columnata para visitar el Gran Templo. Se cree que fue construido a finales del siglo I a.C. Para ello, los nabateos cortaron profundas terrazas en la roca de la colina de Katuta y construyeron un gran complejo con tres niveles y más de 7500 m2 de superficie. Poco queda de su grandeza, ya que quedó muy afectado por el terremoto de 363 d.C.
Pese a haberlo denominado el “Gran Templo”, los arqueólogos creen que esta construcción no tenía una función religiosa, sino que era una sala de recepción real.
El edificio se remodeló varias veces a lo largo de su historia. En la época de Aretas IV, se construyó un jardín con estanques de agua. Bajo el dominio romano, se construyó un pequeño teatro en el que cabían de 600 a 900 personas.
A finales del siglo II d.C., el Gran Templo cayó en desuso, siendo víctima de deterioro y saqueo. Los terremotos posteriores empeoraron su condición. En el siglo XX, los beduinos utilizaron su patio para la agricultura y construyeron muros para crear viviendas en el área circundante.
Qasr al-Bint
Al salir del Gran Templo, nos vamos a por el último edificio público de la Vía Columnata: el Qasr al-Bint. Este es uno de los pocos edificios que no están tallados en la roca, sino que fue construido fuera de ella.
Además, es una de las estructuras mejor conservadas de Petra. Pese a haber sido dañado por los terremotos, hoy todavía siguen en pie sus paredes de más de 20 metros de altura. Tiene una forma totalmente cuadrada y se alza sobre un podio.
Se estima que los nabateos construyeron el Qasr al-Bint en el siglo I d.C, en la segunda mitad del reinado de Aretas IV. No hay ninguna inscripción ni ninguna otra prueba clara sobre el dios al que está dedicado. Sin embargo, se cree que probablemente se trate de Dushara, el dios más importante de los nabateos.
Los beduinos lo llamaban “Qasr al-Bint Far’un” que significa “Castillo de la Hija del Faraón”. Venga, te cuento su historia que las leyendas con salseo molan mucho 👇.
Qasr al-Bint estaba habitado por la hija del faraón (el mismo que había escondido el tesoro en el Al Khazneh). Esta princesa les dijo a dos de sus pretendientes que se casaría con el que pudiera hacer llegar agua desde el manantial de Ain Braq, al sur de la ciudad, o desde Jabal Harun, en el monte Aaron, hasta Qars al-Bint.
Cada uno fue a un lugar y los dos consiguieron el reto que la princesa les había puesto. El pretendiente que fue a Jabal Harun atribuyó su éxito a sus grandes capacidades y a la fuerza de sus hombres. Sin embargo, el que fue a Ain Braq le dijo que lo había logrado gracias a su esfuerzo y a la ayuda de Dios.
Y así, la princesa, conmovida por el testimonio del pretendiente que fue a Ain Braq, lo eligió como su esposo.
El Monasterio (Ad-Deir), la segunda joya que ver en Petra
Tras visitar Qasr al-Bint nos vamos a la última parada de esta rutilla por Petra, el Monasterio. Para mí, es la otra joya de la corona, junto con Al Khazneh.
El recorrido para llegar empieza en la zona de restaurantes de la Vía Columnata y no es nada sencillo. Son 800 escaleras, con algunos tramos que resbalan. Yo, con mis genialidades de enamorada de la vida, decidí ponerme unas sandalias y un vestido y casi me caigo en varias ocasiones. Por suerte, llevaba ropa de recambio y me pude medio apañar. Si vas a subir al Monasterio, lo mejor es que lleves zapatillas deportivas. Es una hora subiendo e irás más cómodo.
Si acabas agotado, justo enfrente hay una tetería para tomar algo para reponer fuerzas.
⚠️ ⚠️ Algo que no me gustó de Petra fue la poca conciencia por el bienestar animal que hay. Los animales del complejo arqueológico se encuentran en un estado lamentable, los beduinos los golpean y son utilizados para transportar a los turistas por las rutas más duras, como por ejemplo la subida al Monasterio. De verdad, me daban muchísima pena los burritos. Si te ofrecen estos servicios, say no please. No contribuir a esta práctica es una manera de acabar con ella.
El recorrido es realmente bonito. Las rocas de tonos rosados, rojizos y anaranjados le dan un toque muy especial. Además, en algunos momentos podrás encontrar miradores con vistas bastante espectaculares.
Después de un buen trecho hacia arriba, llegarás al Monasterio, el destino final de este recorrido por Petra (bueno… final… luego queda la vuelta). Su nombre árabe es “Ad Deir” y se lo dieron los beduinos por las cruces del periodo bizantino que hay grabadas en el interior.
Al igual que Al Khazneh, las dimensiones de este edificio tallado en la roca impresionan muchísimo, aunque su decoración no es tan rica. Tiene casi 48 metros de alto y 47 de ancho. En este caso, no se han encontrado tumbas, por lo que se ha descartado que tuviera una función funeraria. Se cree que fue un lugar de culto o un edificio destinado a las celebraciones de banquetes a modo de ritual por los bancos planos y anchos que había en su interior.
Después de lo que cuesta llegar, no te vayas a ir del Monasterio sin echarte un buen fotón en el mirador de enfrente.
Si eres ambicioso y quieres una foto mejor, puedes subir a “End of the World Coffee”. La subida es algo más compleja, pero oye ya que estás allí…
Y, después de subir al Monasterio, toca la vuelta. Ten en cuenta que son unas dos horas de camino hasta el Siq, así que controla los tempos. Puedes aprovechar para hacer alguna fotografía más. Si te digo la verdad, yo acabé reventada y me fui directa al hotel sin mirar atrás.
Si cuentas con un segundo día, puedes hacer la actividad de Petra by night (vale 17 JOD), visitar Little Petra, hacer la ruta Wadi Al-Farasa que te lleva al famoso Altar de los Sacrificios en la cima del Jabal al-Madhbah o pasarte por el Museo de Petra y echar un vistazo a las exposiciones. Yo no pude ir por falta de tiempo, cosa de la que me arrepiento muchísimo, pero he visto vídeos y leído artículos y me parecen puntos muy interesantes para incluir en un itinerario.
Otro de los imprescindibles de Jordania es Ammán, su capital. Seguramente, aterrices en ella al llegar al país. Si quieres explorar la ciudad por libre y no perderte nada, en el artículo ¿Qué ver en Ammán? te propongo una lista de imprescindibles.
Consejos para visitar Petra
Después de explicarte qué ver en Petra, por aquí te dejo algunas recomendaciones para que pases un día totalmente despreocupado y disfrutes al máximo:
- Si tienes pensado visitar Petra, compra el Jordan Pass. Visitar Petra un día con el Jordan Pass vale 70 JOD, pero incluye el visado y 40 atracciones más distribuidas por Jordania. Sin él, Petra cuesta 50 JOD, el visado 40 JOD y tendrás que pagar cada atracción turística que quieras visitar (iglesias de Madaba, Jerash, el acceso a Wadi Rum, la Ciudadela de Ammán…).
- Si quieres disfrutar de un ratito de tranquilidad en Petra y exprimir al máximo tu día, te va a tocar madrugar mucho amigo. El complejo abre a las 6:00h, así que intenta estar en el Visitor Center a esa hora.
- No te puedes quedar en Petra a dormir, está totalmente prohibido.
- Lleva bocadillos y snacks. Evita comer en los restaurantes del recinto. Son carísimos y la comida no es genial… Además, los beduinos intentarán venderte agua y tentempiés, pero a precios muy inflados. Lo mejor es que seas previsor y prepares una buena mochila con todo lo que puedas necesitar.
- En verano, hace muchísimo calor. Yo fui en septiembre y recuerdo que creía que me derretía. Lleva mucha agua, gafas de sol y crema solar.
- Hay muchísimo que ver en Petra. Así que, si tienes tiempo, dedícale dos días.
- No olvides tu pasaporte. Lo necesitarás para acceder al recinto.
- Pasa de los paseos en camello, caballo, burro o de cualquier práctica que suponga maltrato animal.
- Cuidadito con los timos de los beduinos… algunos son muy listos y te la van a intentar colar. Cuando entres en Petra, automáticamente intentarán encasquetarte un paseo en burro. Te dirán que es gratuito, pero no es cierto. En cuanto acabe el paseo, te exigirán 15-20 JOD como propina. Ellos no se cortan ni un pelo.
- Si los locales te ofrecen quedarte a dormir en Petra o ir a ver el atardecer a sus cuevas, declinas la propuesta de inmediato. Usa el sentido común. ¿En tu país te quedarías en casa de un desconocido que acabas de conocer en la calle? Pues aquí tampoco.
- Otra estafa es la del Tesoro. Cuando llegas, un montón de beduinos se acercan para llevarte a ver un “mirador espectacular, increíble, maravilloso que es wow” a cambio de pagarles 15 JOD. No les creas y sigue tu camino. Los miradores del Tesoro tienen rutas muy bien señalizadas y no necesitas que nadie te acompañe.
- Puedes visitar Petra por libre perfectamente. No te hace falta ningún guía porque los caminos están muy bien indicados.
- Lleva ropa y calzado cómodo porque te vas a hartar de andar por piedra y arena.
- Ten cuidado en las zonas de más altura. Muchas no cuentan con vallas ni nada por el estilo. Estás a ras del precipicio, así que mejor no te acerques a los filos.
- Si te gusta sacar buenas fotos, el mejor momento para retratar el Tesoro y el Monasterio es por la tarde por el tono que adquieren con la luz.
- Me da mucha pena decirte esto, pero… no compres nada a los niños que hay vendiendo distintos artículos por Petra. Yo soy la primera que ha caído mil veces en esto porque me toca mucho el corazón, pero comprándoles algo solo contribuyes a la explotación infantil. Los niños tienen que hacer cosas de niños y trabajar no es una de ellas.
- No vayas por caminos no oficiales, aunque te lo recomienden los locales. Quizás te dicen que te van a llevar a un sitio espectacular en solo 15 minutos, pero seguramente ese lugar no esté acondicionado para que el trayecto sea seguro.
- ¡Ojito con los guías! En Petra, hay muchas personas que te venden sus servicios de guía y tras finalizar el recorrido, intentan cobrarte más de lo acordado anteriormente. Yo siempre prefiero contratar las excursiones con locales (un proceso bastante informal, la verdad), pero en este caso, te recomiendo que lo hagas con una agencia o una empresa seria.
¿Necesitas ayuda para planificar tu viaje por Jordania? Si quieres inspirarte un poquito para armar tu recorrido, en el post Ruta por Jordania en 12 días te dejo todo el itinerario que seguí paso a paso, con los trayectos y transportes y las visitas y actividades que puedes hacer en cada punto.
¡Y con esto y un bizcocho acabo mi artículo sobre Petra y el Reino de los Nabateos! Espero que ahora tengas mucho más claro qué ver en Petra en un día y, además, tengas el contexto suficiente para ir enterándote de lo que vas viendo durante el recorrido. Si tienes cualquier pregunta o comentario, no dudes en dejármelo por aquí abajo, en la sección de respuestas.
¡Muchas gracias por leerme! ¡Espero que disfrutes muchísimo de Petra!
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